La tónica de la mayoría de series en esta edición de la Copa de Campeones de CONCACAF ha sido la siguiente: el favorito de la serie se descuida en el partido de ida, empatando o perdiendo, pero resuelven en el segundo partido de local. Eso mismo pasó con el diezmado LA Galaxy y el campeón de Costa Rica, el Club Sport Herediano (CSH).
En un festival de goles, el primero llegó al 29’ tras un zurdazo del joven argentino Julián Aude que se estrelló en el palo y rebotó hacia dentro del marco. Diez minutos después, Isaiah Perente daba su segunda asistencia de la noche encontrando a Miguel Berry a boca del arco, quien solo tocó el balón para poner el 2-0 (2-1 en el global).

A este punto, Herediano todavía seguía vivo, pues un gol de visita empataba la serie y los clasificaba, pero el Galaxy se aseguró de que eso no pasara. En su lugar, el castigo fue doble para los ticos con un gol de la joya brasileña Gabriel Pec a los 53’ y otro de Christian Ramírez a los 75’ para sellar la victoria. Como consolación, el goleador mexicano José “el Tepa” Gonzalez descontó de cabeza a los 82’.

Desde una perspectiva un poco más táctica, Herediano se vio atrapado en el eterno dilema de “meter el bus”, como se dice comúnmente, o salir a buscar el marcador. Es evidente que prefirieron la segunda opción, pero a veces no depende solamente del esquema, sino de los jugadores que tienen disponibles y sus habilidades. Un bloque bajo improvisado nunca iba a resistir el asedio del Galaxy que iba a buscar el marcador.

A pesar de su mal momento en la MLS, Los Angeles Galaxy se preparan para enfrentar a los Tigres de México en los cuartos de final.
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