El Millonario ganó sobre los últimos minutos de la mano de Gonzalo Montiel y, a pesar de sumar puntos, sigue dejando gusto a poco con sus apariciones.
Sorprendido por lo que parecía ser un gol de Suárez a tan sólo cinco minutos, el equipo de River respiró con la posición adelantada del delantero que le permitió mantener el partido cero a cero. Una marea de hinchas disconformes esperan la resolución tras más de diez minutos desde que se detuvo el partido por un problema que involucra las cabinas y el VAR, que luego desembocará en diez minutos de agregado al final del primer tiempo.
Un toque de Borja anula el posible tanto de Gonzalo Montiel, en una jugada que involucra a Lanzini encarando por izquierda y a un Colidio que lanza el pase, pero el Colibrí adelantado retrasa el primer grito de gol.
El equipo de Gallardo continúa mostrando una clara fortaleza por el lado derecho con las proyecciones de Montiel que no bastan para lograr que se abra el marcador. Termina el primer tiempo con más amonestaciones que goles, con un desfile de faltas cobradas por parte del árbitro Yael Falcón Perez, y con Santiago Simón habiendo reemplazado a un golpeado Maximiliano Meza.
El segundo tiempo carece de mucho más brillo que el primero, las inclusiones de Tapia y Paulo Diaz no modifican mucho el rendimiento. Un ovacionado Sebastián Driussi entra faltando veinte minutos para el cierre. De manera agónica, la balanza se inclina hacia el lado de River con un gol de Montiel a los 90′ que hace reventar el Mâs Monumental y le devuelve la alegría a la hinchada.
River deja al hincha queriendo más, lejos aún de su famoso ganar, gustar y golear. Incluso el DT, Marcelo Gallardo, reconoce en conferencia de prensa su disgusto ante el partido jugado y la falta de fluidez de sus dirigidos. La esperanza de mejora todavía persiste, junto al deseo de que los resultados favorables no sean sólo un golpe de suerte de último minuto.
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