El millonario recibió a Barracas Central por la fecha 22 del torneo argentino con una victoria 3-0 y se prende en el final del campeonato.

Imágenes cortesía de @natyponcefotos

River arrancó con todo, pero Miño se convirtió en un salvador de Barracas al tapar dos disparos de Colidio y un remate desde afuera del área de Solari. La mejor atajada la tuvo en la primera de Colidio, ampliando el brazo para desviar la pelota en el último segundo. La chance más clara se la perdió el Diablito, que luego de un centro de Colidio, no pudo empujar la pelota dentro del arco. Sin embargo, de haber sido gol, la jugada tendría que haber sido invalidada porque Echeverri la metía con la mano.

Por el lado de Barracas, solo llegó al arco con un disparo de Tapia que intentó ser un centro pero terminó con dirección al ángulo de Armani, que supo interactuar la jugada antes. La figura fue Miño, que estuvo 7 fechas fuera de las canchas pero se mostró seguro durante todo el primer tiempo.

En el segundo tiempo, apareció la lluvia pero lo que no se hizo presente fue la suerte para el equipo del Muñeco, que siguió teniendo chances claras sin poder abrir el marcador. El DT movió el banco y metió a Borja, el Pity y a Mastantuono, buscando darle una alegría a la gente que no paraba de alentar a pesar de que diluviaba.

Finalmente llegó el tan deseado gol de la mano de Meza, con un hermoso centro de Mastantuno que se la dejó en la cabeza. El segundo vino también de cabeza con un Borja ubicado en el lugar justo del área para empujar una pelota que había rechazado Miño. Mastantuono fue clave para los dos goles con centros letales.

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Luego de la expulsión de Demartini para Barracas, el equipo del Muñeco no paró de atacar y llegó el tercero con un bombazo de Rojas y la ayuda de Miño que, esta vez, no respondió bien.

River hizo su trabajo y metió tres victorias al hilo para quedar a 6 de la punta. Ahora le queda seguir con esta ola de victorias y esperar que los de arriba se caigan. Con la victoria del Millonario y Huracán, se viene una destinación apasionante de un torneo que parecía tener un campeón mucho antes. El fútbol nos enseñó que todo puede pasar y al público neutral solo les queda sentarse a disfrutar el espectáculo.

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